Una enfermedad muy común es lo que el Psicólogo Steve Taylor llama el «Síndrome Dar Por Sentado»: Dar por sentado que mañana voy a estar vivo, dar por sentado que mañana voy a tener trabajo, dar por sentado que mañana voy a tener casa, dar por sentado que mañana seguiré disfrutando de buena salud, dar por sentado que mi pareja mañana seguirá conmigo… Damos por sentado muchas cosas, como si siempre fueran a estar ahí, como si fueran «nuestras». Así que mientras están presentes en nuestra vida, no las honramos, no las apreciamos como se merecen, no les prestamos suficiente atención, no sentimos agradecimiento por ellas.
Incluso en las mayores dificultades hay un montón de pequeños detalles, pequeños regalos maravillosos de la vida, que podemos apreciar y por los que podemos sentir intenso agradecimiento: el pequeño colirrojo que se posó a nuestro lado un rato sin miedo de nuestra cercanía, un rayo de sol que se ha filtrado entre las nubes, la nieve limpia y aún sin pisar del amanecer, un niño que encontramos en un semáforo y que nos miró y nos sonrió, ese beso de tu niño, nieto o sobrino… Incluso cada respiración. Cada respiración es un precioso regalo de la Vida. No sabemos si vamos a tener la siguiente respiración, es otra cosa que damos por sentado.
Cuando, pase lo que pase en nuestra vida, aún en los momentos más difíciles, apreciamos, prestamos atención, honramos, todos esos pequeños detalles, todos esos pequeños regalos, nuestra mente cambia a un estado de continuo agradecimiento. Puede ayudar verbalizar ese agradecimiento, varias veces al día, cuantas más mejor. En realidad no es necesario expresarlo verbalmente, basta con prestar atención con aprecio y agradecimiento por lo que vemos, pero al comienzo la verbalización de agradecimiento puede ayudarnos a dar ese cambio de conciencia.
Martin Seligman que comenzó su carrera estudiando la depresión y la indefensión aprendida ha orientado, desde hace años, su investigación y sus publicaciones hacia la Psicología Positiva, y defiende que la Gratitud es una Fortaleza que nos ayuda a vencer numerosas dificultades e incrementa enormemente nuestra sensación de bienestar. Seligman propone el uso de un Diario de Gratitud: anotar diariamente, al final de la jornada, al menos tres cosas positivas por las que sentir agradecimiento y porqué (Siento agradecimiento por……. porque……….). El uso de este Diario de la Gratitud correlaciona con una disminución en la depresión y una mayor percepción de felicidad. Parece tener efecto a muy largo plazo, una sola semana que se realice, parece tener aún efecto seis meses después.
Y es que, aparte de lo que nos diga la Ciencia, hay algo especial en el Agradecimiento. Cuando cambiamos a un estado de Conciencia Agradecida, empezamos a sentir más felicidad, y la Vida nos empieza a hacer más regalos. El flujo, la corriente de Abundancia de la Vida se desatasca.
La Vida siempre quiere ayudarnos. Es como el sol que brilla, si tenemos las persianas de rabia y resentimiento bajadas, si sentimos que la vida nos trata injustamente y nos cerramos a ella, el sol no entrará en la cámara de nuestro corazón. Permaneceremos encerrados en nuestra habitación quejándonos del sol que no brilla, tristes, enfadados e irritados.
Sube las persianas, descorre las cortinas. Deja que el Sol entre en tu corazón. Da gracias continuamente por todos esos pequeños regalos que la Vida ya te da.
¿Quieres tener Abundancia en tu vida? Empieza por sentir agradecimiento abundante.
Muchisimas gracias
Muchisimas gracias
María José, lamento mucho tu pérdida. Aunque es una gran verdad lo que dices, cuando algo así nos ocurre el síndrome "Dar Por Sentado", es borrado de un golpe. Aunque sea duro, es un aprendizaje muy importante. La vida es mucho más intensa y plena si la vivimos con agradecimiento sincero. Incluso dentro del dolor del duelo, ese agradecimiento, por haber tenido a esa persona en nuestra vida, puede ser una gran ayuda. Un abrazo. Y que este dolor te haga una persona aún más sabia y luminosa de lo que ya eres.
¡Que gran verdad Yolanda!, hace solo unos días ha fallecido alguien muy querido para mi, y estoy siendo consciente de todo esto. Vivimos tan deprisa, siempre acelerados, que no percibimos la gran cantidad de cosas, personas y momentos maravillosos que vivimos. Ser conscientes de todo ello nos haría más felices y por supuesto más agradecidos. Nos creemos que nuestros seres queridos no van a morir por ahora, siempre pensamos en ello como algo muy lejano y esto nos lleva a desaprovechar momentos, días, conversaciones, actitudes, etc.
Gracias por tu articulo lo conservaré y utilizaré con mis pacientes.
Un abrazo