(Cuadro de rbkcalvo, de la serie On Humanityhttp://rbkcalvo.com/art.html)
     Aunque la mayoría de mis lectores estarán de acuerdo en que vivimos una terrible crisis económica, también una crisis moral y también una crisis de empatía, enlazar la tercera crisis con las otras dos no parece tan obvio. También habrá lectores que pensarán que no hay crisis de empatía, y que nunca ha habido tanta compasión y empatía como ahora. Y ese argumento también tiene un punto interesante. Ya lo trataremos otro día, de momento vamos con la relación entre empatía, moralidad y economía. Algo bastante interesante.
     Me gusta la definición que da Daniel Siegel en su libro Mindsight: la Nueva Ciencia de la Transformación Personal, traducido este año por la editorial Paidós. Empatía es la capacidad de crear en nuestra mente el mapa mental de otros, de sentir la posición mental interna de la otra persona, no sólo sintonizar con su estado mental. En nuestro cerebro la empatía depende de un complejo “circuito de resonancia”, que nos permite resonar y sentir al otro, que incluye el sistema de neuronas espejo (ya hablaremos de ellas otro día, peroque se merecen una entrada), la parte superior de la corteza temporal (en los costados del cerebro, por encima de las orejas), el córtex de la ínsula (en el interior del cerebro), y la zona medial de la Corteza Prefrontal, de la que tanto hemos hablado y seguiremos hablando. La Ínsula parece ser la vía de alta velocidad que conecta las neuronas espejo -que espejan los gestos, postura, acciones de la otra persona- con las regiones límbicas, emocionales, del cerebro, que mandan, a su vez, mensajes a la parte más primitiva del cerebro, el tallo (que regula los procesos automáticos y autonómicos del cuerpo), y al mismo cuerpo. Todo este galimatías neurológico quiere decir que sentimos en nuestro cuerpo las emociones de la otra persona, se nos encoje el estómago, se acelera nuestro corazón, sudamos, temblamos o sentimos dolor… Es nuestro cuerpo el que nos dice cómo se siente el otro. Por eso las personas que tienen más conciencia de sus estados emocionales y corporales tienen también más empatía. 
     Así que son nuestras sensaciones corporales y emocionales, que espejan las de la otra persona, las que nos permiten saber qué siente y empatizar con ella. Y si empatizamos con la persona no le podemos hacer daño, porque entonces nosotros mismos sufriríamos. Y eso es ético. Y si no queremos hacerle daño, tampoco seremos egoístas y nos mostraremos más generosos, sin caer en la codicia y la avaricia que ha sido una de las claves de esta crisis. 
     A nivel químico parece que la oxitocina es clave en la empatía. La Oxitocina es una hormona que a nivel cerebral actúa como neurotransmisor (es decir, como molécula que permite la comunicación entre neuronas). Se produce en cantidades enormes durante el parto, y también cada vez que la mujer da de mamar al bebé. Se produce también cada vez que llegamos al orgamo, potenciando el vínculo en la pareja. Por eso, algunos la llaman la hormona del amor, o del vínculo. Producimos oxitocina cuando vemos las caras de bebés o niños pequeños, cuando bailamos, cuando nos abrazamos, o cuando recibimos un masaje. Las personas con niveles más altos de oxitocina son más capaces de conectar con las demás, de tener empatía, de tener buenas relaciones, tienen menos ansiedad, un umbral de dolor más alto y se sienten más felices. 
     Paul Zak es profesor de Economía en la Universidad Claremont Graduate (California). Ha acuñado el término Neuroeconomía, vinculando la Neurociencia con la Economía. Estudia las imágenes cerebrales y ha sido el primero en identificar el papel de la oxitocina como mediador de la confianza, la honradez y la empatía. Os dejo con la pequeña conferencia que dio en TED (16 minutos), que os resultará divertida y, seguramente, inspiradora. Por lo menos, debería hacer pensar un poco. Eso ya sería bastante. 
Haz click aquí si quieres ver la conferencia con mayor calidad

(Paul Zak ha escrito Moral Markets: The Critical Role of Values in the Economy, (Mercados Morales: El importante papel de los valores en la economía) no traducido al español. En mayo de 2012 saldrá su nuevo libro: The Moral Molecule: The Source of Love and Prosperity (La molécula moral: la fuente del amor y la prosperidad). Esperemos que se traduzca). 
 
 
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