¿Has notado la luz reflejándose en la hierba seca?
¿Has escuchado el viento cantando entre las ramas del árbol?
¿Has sentido el viento en tu rostro, la luz del sol en tu cuerpo? 
¿Has notado cómo tu mente estaba en silencio, aunque fuera sólo un momento, y cómo al hacerlo la sensación de Vida se hacía más y más intensa? 
¿Has notado cómo hasta los objetos más pequeños y normales dejan de serlo, y brota de ellos la luz del Ser, la luz de la Vida? 
¿Has notado cómo desaparece el yo, y todo es Vida y energía, júbilo e intensa Presencia? 
¿Has notado cómo, aunque la mente vuelva con su cháchara, hay algo que ha cambiado de forma profunda e inexplicable? 
No necesitas estar ante un lugar de pasmoso asombro. 
La mente es una gran devoradora adicta al asombroso continuo. 
Sólo es necesario estar serena y plenamente alerta y consciente. 
Sólo es necesario Despertar. Aunque sea por breves instantes. 
El sueño irá siendo cada vez menos pesado. 
La conciencia cada vez más lúcida y clara. 
El proceso de despertar no puede detenerse cuando llega la mañana. 
Sólo la fiebre o la enfermedad nos mantendría dormidos. 
Está amaneciendo. 
Abramos los ojos a la Vida.
 
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