Una experiencia común en la Meditación es empezar con una mente súper activa, a veces caótica, que nos arrastra con su actividad constante e incesante y, cuando ya la mente empieza a silenciarse, a seguir el hilo, y calmarse. ¡Bum! ¡Cabezada! ¡Nos habíamos dormido!
Los dos grandes obstáculos al meditar son la hiperactividad de la mente y el dormirse.
En este vídeo abordo esos dos problemas y qué es lo que podemos hacer.
Lo más importante será, siempre, la práctica diaria. A través de ella, poco a poco, nuestra mente se acostumbrará y podrá estar serena y despierta.

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