Estamos tan identificados con nuestros pensamientos que ni siquiera somos conscientes de que estamos pensando. 
     Mucha gente no se da cuenta de que mientras se ducha, se lava los dientes, conduce, cocina, o limpia la casa, su conciencia está en su mente, en el barullo de pensamientos constantes. 
     Un buen ejercicio es empezar a ser conscientes de cuando esto ocurre, y si notamos que nuestra conciencia está en los pensamientos, llevar nuestra conciencia a nuestro cuerpo y a lo que estemos haciendo.
     Plena conciencia en lo que estemos haciendo, sin multitarea, una sola cosa por vez. 
     Empezaremos a notar, al cabo de un tiempo, nuestra mente mucho más serena. 
     Sin embargo, hacer esto durante todo el día es un poco difícil (aunque no imposible), así que un buen truco es delimitar actividades del día: pueden ser la ducha, cocina, limpiar, lo que sea. 
     En mi experiencia he encontrado muy útil comenzar por el espacio del baño y las actividades que hacemos en el baño. Ducha-Mindfulness, es decir, ducha con plena conciencia; lavado de dientes-Mindfulness, incluso pipí-Mindfulness… toda actividad en el baño es realizada con plena conciencia. 
     Plena conciencia al quitarnos la ropa para ducharnos: sensaciones tactiles, corporales, el sonido de la ropa… plena conciencia en la ducha: el sonido del agua, el olor del jabón, la sensación del agua, del jabón, de la esponja… plena conciencia al secarnos: el tacto de la toalla, el sonido de la toalla, la diferencia entre húmedo y seco… plena conciencia al vestirnos: tacto de la ropa, temperatura, sonido de la ropa al ponérnosla… Y, por supuesto, nuestra respiración. Siempre nuestra respiración.
     Por supuesto que la mente se va a activar, claro que lo hará. Los pensamientos vendrán, una vez, y otra, y otra. Nuestro trabajo consistirá en observarlos y dejarlos ir, y volver a centrarnos en nuestro cuerpo y en las sensaciones sensoriales, con una mente serena y en calma. 
     No es un ejercicio fácil, pero es muy eficaz. Te llevará un tiempo darte una ducha silenciosa, pero lo lograrás. 
     Incluso puedes hacerlo en el trabajo; cada vez que vas al baño, es tu espacio y tu minuto de plena conciencia, de mente silenciosa y espaciosa.
     Cuando tengas más práctica extiende esta conciencia a otras actividades, a cocinar, o a limpiar, o a conducir. 
     No te lleva ningún tiempo. No tienes disculpas. Sólo hace falta que realmente quieras.
 
Share This