Por dondequiera que miremos en la naturaleza veremos el fruto de la evolución y del esfuerzo. Igual que el arbusto de la fotografía que sobrevive al borde de un acantilado, tallado por el viento, mostrando toda su belleza y Presencia.
No se queja del viento, ni de la lluvia, ni del sol quemante. Tampoco se queja de la mala suerte que tiene por estar al borde del abismo. Puede que un día el trozo del acantilado al que se agarra caiga definitivamente, y con él este hermoso arbusto. Y desaparecerá sin quejarse.
Los seres humanos estamos sometidos, igual que todos los seres vivos del planeta, a la misma ley de evolución. También debemos enfrentar desafíos, y para algunas personas, su vida también estará al borde del abismo.
La diferencia es que tenemos mente y nuestra mente se queja. ‘Tengo miedo’, ‘necesito’, ‘deseo’, ‘debería’, ‘no debería’, ‘es injusto’…
Cada vez que nos quejamos le echamos un pulso a la Realidad. Y la Realidad, lógicamente, nos gana, porque la Realidad siempre gana, la Realidad lo domina todo.
Adáptate, cambia la situación, márchate si no puedes cambiarla, evoluciona… pero no te quejes. Tu vida se convertirá, con todas sus dificultades, en una maravillosa y perfecta obra de arte.
Los seres humanos estamos sometidos, igual que todos los seres vivos del planeta, a la misma ley de evolución. También debemos enfrentar desafíos, y para algunas personas, su vida también estará al borde del abismo.
La diferencia es que tenemos mente y nuestra mente se queja. ‘Tengo miedo’, ‘necesito’, ‘deseo’, ‘debería’, ‘no debería’, ‘es injusto’…
Cada vez que nos quejamos le echamos un pulso a la Realidad. Y la Realidad, lógicamente, nos gana, porque la Realidad siempre gana, la Realidad lo domina todo.
Adáptate, cambia la situación, márchate si no puedes cambiarla, evoluciona… pero no te quejes. Tu vida se convertirá, con todas sus dificultades, en una maravillosa y perfecta obra de arte.
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