El niño aprende a nadar, bate sus brazos y sus piernas en el agua con fuerza, mueve todo su cuerpo, se agota rápidamente y avanza poco. 
Observa al buen nadador o nadadora. Mueve sólo los músculos necesarios. Los brazos y la cabeza apenas salen del agua. Con el mínimo esfuerzo su cuerpo avanza con gracilidad en el agua. 
 
Vuela la gallina, batiendo las alas ruidosa y rápidamente, para elevarse con esfuerzo hasta la rama del árbol.  
Vuela la gaviota planeando suavemente sobre el mar que la alimenta.
Vuela el águila, planeando con elegancia, dejando que el aire la eleve, sin apenas mover las alas. 
 
La mente siempre ruidosa, siempre pensando, siempre activa, no encuentra la solución, está siempre pensando en el problema, cree que tiene que pensar en el problema, que es muy importante. Esa mente mete ruido, es pesada, no viaja lejos, apenas si alcanza una solución a corto plazo, una idea pequeña y breve. 
De la mente silenciosa, espaciosa, surge la creación, la innovación, el avance, la solución. Avanza con pasos de gigante, con calma y decisión. 
 
Cuánto más pienses en el problema más te alejas de la solución.
Cuánto más activa está tu mente, más te agotas, y menos eficaz eres. 
Deja de pensar. Permite el Silencio. 
Del Espacio, del Silencio, de la Oscuridad a la que tanto teme la mente, surgirá la creación de tu vida. 
Share This