Una buena historia tiene algo que engancha, una buena historia, que es real, y que está bien contada te mantiene con plena atención hasta su desenlace. Tres buenas historias, reales, bien contadas, con una fotografía fantástica, con un seguimiento de los personajes que te parece estar sintiendo sus emociones, y con una música que dirige tu tono emocional, te mantiene pegada a la pantalla hasta que acaba. Es eso, precisamente, lo que ocurre con el extraordinario documental de la directora Phie Ambo y la productora Sigrid Dyerkjær “Free the Mind: Can you Rewire the Brain just by Taking a Breath?” (Libera la Mente: ¿Puedes recablear el cerebro respirando?). No es de extrañar que haya sido un éxito en las pantallas danesas durante el 2012.
La directora nos explica que se interesó por el Mindfulness a raíz de que unos años atrás sufrió crisis de ansiedad. Utilizó la Meditación y empezó a sentir como si su cerebro se fortaleciera, como cuando empiezas a ir al gimnasio y notas tus músculos cada vez más fuertes. Se empezó a preguntar si realmente su cerebro estaba cambiando o era algo subjetivo. Acudió a un congreso y allí conoció a Richard Davidson (de quien ya hablé en entradas anteriores: Educar en la Compasión y Enseñar la Meditación y la Amabilidad en Preescolar). Decidió centrar este documental en este científico alegre, relajado y espontáneo.
En la película Phie Ambo sigue una investigación que dura una semana y refleja cómo cambian las vidas de tres personas que están sufriendo enormemente.
El tercer protagonista es Will, un niño de cinco años, hijo biológico de una madre alcohólica, que fue puesto en acogida desde su nacimiento, desde que salió de la incubadora, y que en sus primeros 20 meses de vida ya había estado en cuatro familias de acogida diferentes. Will sufre ansiedad, le dan pánico los ascensores, y le han diagnosticado Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad. Los médicos quieren medicar al niño, pero los padres adoptivos no quieren dar a un niño tan pequeño una medicación tan fuerte y con tantos efectos secundarios. En la guardería a la que asiste Will se empieza a aplicar un método de Mindfulness y Yoga adaptado a niños pequeños. Aprenden a manejar sus emociones, a resolver sus peleas entre ellos, Will supera sus ansiedades y temores.
El documental refleja la ciencia de la meditación, la neurociencia de la contemplación, con gráficos que lo hacen fácil de comprender. El ritmo está muy bien llevado, la cámara nos acompaña en la vida diaria de los protagonistas, y parece introducirnos en sus cerebros. La música dirige nuestra atención y emociones con maestría de una escena a otra. El final que nos permite disfrutar de los buenos resultados (aproximadamente una disminución de un 40% de los síntomas en sólo una semana y sin tomar medicación) y el alivio del sufrimiento de nuestros tres protagonistas, nos deja con un sabor dulce y una esperanza cálida en el corazón.
“Estamos entrando una nueva era, un Renacimiento donde todo se pone patas arriba. En todos los campos, la ciencia realiza nuevos descubrimientos que cambian constantemente nuestra visión del mundo y no dejan nada como lo habíamos asumido inicialmente. Nuestro conocimiento se expande y se hace complejo. Constantemente, surgen nuevas preguntas fundamentales sobre quiénes somos como seres humanos. Cuántas más preguntas nos hacemos, es más obvio cuántas cosas aún no entendemos. ¡Encuentro que eso es muy interesante! (…) En “Libera la Mente” las preguntas principales son: ¿Qué es un pensamiento y cómo se manifiesta en el cuerpo? ¿Podemos cambiar físicamente el cerebro sólo con el poder de los pensamientos?” (Phie Ambo, directora de Free the Mind).
“Las plantas y los bulbos necesitan amor para crecer. Si no los amas, no crecen”. (Will, 5 años).
“Hay una región del cerebro llamada Ínsula que es utilizada para interacción entre la mente y el cuerpo. Este área se activa durante la meditación en la compasión y permite que los que practican esta meditación con regularidad sientan las emociones de otros con más facilidad”. (Dr. Richard Davidson).
“Realmente podemos ser personas más felices. Podemos sufrir menos si nos responsabilizamos de nuestra propia mente”. (Dr. Richard Davidson).
“La práctica continua es algo muy importante, es como con el ejercicio físico. No vas al gimnasio y haces ejercicio diez días y piensas que los beneficios van a durar toda tu vida si no sigues practicando, y la meditación es muy similar.” (Dr. Richard Davidson).
“Gran parte de nuestra vida cotidiana transcurre en la interacción social con otras personas. Mucha de esa información no es consciente, no nos damos cuenta de ella. Tras tres meses de práctica en la meditación somos capaces de notar cosas mucho más sutiles en el ambiente lo que nos permite darnos cuenta de lo que les pasa a otras personas mejor que antes”. (Dr. Richard Davidson).
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