Práctica: Plena presencia en el instante presente, ser consciente de cuándo tu mente se adelanta al siguiente momento.
     ¿Te has visto alguna vez sacando las llaves de casa antes de llegar a la puerta de casa? ¿Sacando las llaves del coche antes de llegar al coche? 
     Es algo tan común, que ni nos damos cuenta que, al hacerlo, estamos adelantándanos en el tiempo al momento siguiente, estamos dejando de vivir el instante presente. 
     Como en lo pequeño hacemos en lo grande y proyectamos nuestra mente a un futuro que o imaginamos mejor o peor. Si lo imaginamos mejor, sentimos esperanza. Esperanza que, sin embargo, va de la mano de dos amigos: el miedo a no conseguirlo y el rechazo al presente que no es, aún, ese futuro deseado. O imaginamos el futuro con temor, ansiedad y preocupación. Sea como sea, incluso en la proyección positiva de ese futuro, la ansiedad y el miedo son la respuesta emocional que se afincan en nuestro cuerpo. 
     Una práctica fácil y potente es observar tu mente y cada vez que veas que se adelanta al siguiente paso, volverla a centrar en el instante presente. Si estás caminando centra tu conciencia en el paso que estás dando, tu cuerpo, tu respiración… si te estás lavando las manos, el agua, el jabón, el movimiento…
Observa cómo tu mente se adelanta, cuando haces una tarea, piensas en la siguiente, cuando estás yendo al supermercado, piensas en lo que vas a hacer allí, cuando vuelves del supermercado, piensas ya en la casa…
Cada vez que ‘pilles’ a tu mente adelantada, vuélvela a centrar en el ahora. Como si este paso, esta respiración es lo único que tuvieras en tu vida. Que en realidad es lo único que tienes en tu vida Ahora, porque es lo único que hay Ahora.
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