Veo tu llanto y tu sufrimiento, tu rabia y tu ira contra el mundo y lo que reclamas injusto.
Lo veo y lo reconozco como el mismo que cultivé y acaricié en el pasado.
Te preguntas ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? Sin darte cuenta de que sólo cambiando ligeramente la pregunta sería más fácil encontrar dentro de ti la respuesta.
En lugar de preguntarte ¿por qué?, pregúntate ¿para qué? Y, por favor, no respondas con rapidez, no dejes que tu mente responda. Deja que las preguntas entren dentro de ti, profundicen dentro de ti.
¿Para qué me pasa esto a mí? Es decir, ¿qué puedo aprender de esta experiencia? Si dejo de convertir esta experiencia en mi enemiga… ¿podría aprender algo? ¿qué sería? ¿podría ser que pasado el tiempo, pasados los años, me dé cuenta de todo lo positivo que esta experiencia está aportando a mi vida?
¿Podría ser que otra persona, ante esta misma experiencia, la viviera con más calma, con más integración y plenitud? No digo que sean muchas personas las capaces de hacer eso, ¿pero podría haber alguna?
¿Puedo saber con absoluta certeza qué es lo mejor para mí a largo plazo? ¿Puedo saber con absoluta certeza que esto no es lo mejor para mí a largo plazo?
Incluso aunque esta experiencia pueda conducir a mi muerte o a la de un ser muy querido y cercano, observo que la muerte forma parte del Juego de la Vida, observo que todo nace y muere, desde una ameba hasta una estrella ¿Puedo saber con absoluta certeza que eso no es lo mejor? ¿Puedo, quizá, aprender grandes lecciones ante la mirada de la muerte?
Si no te estuviera ocurriendo lo que te está ocurriendo ahora y de lo que tanto te quejas, si tuvieras en tu vida todo lo que crees que te falta, ¿tienes la completa seguridad de que entonces serías feliz, tienes la total certeza de que entonces tendrías una vida plena, dichosa y con significado?
¿Has leído estas preguntas hasta aquí? ¿Las has respondido? Entonces planteo dos preguntas más:
¿Quieres ser Feliz o Sufrir? ¿Quieres Conocer la Verdad o Tener Razón?
Si quieres ser Feliz y te atreves a Conocer la Verdad, indaga dentro de ti qué es lo que ya estás aprendiendo, qué es lo positivo de esta experiencia tan dura. Quizá encuentres un valioso aprendizaje, o tres, o seis. Si miras con valentía dentro de ti encontrarás la respuesta al ‘Para Qué’… y, en el fondo, si sabes el ‘para qué’, sabes el ‘porqué’.
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