La Psicología ha puesto de moda la palabra “trauma”. Antes esta palabra sólo designaba las lesiones producidas por agentes mecánicos externos, como las lesiones de un accidente. Hoy designa también al “choque emocional que produce un daño duradero” (DRAE). Sin embargo, su uso se ha extendido tanto que su significado ha quedado enmarañado. Cualquier situación medianamente difícil o desagradable, supone para mucha gente un “trauma”. La palabra trauma, (como la sexualidad), está sobrevalorada en nuestra cultura. Hay que reconocer que en el mundo occidental los “traumas” vividos por la mayoría de la población no merecerían realmente tal nombre. Eso no quiere decir que no haya personas que hayan sufrido realmente un trauma. Claro que las hay. Y por eso estoy escribiendo estas líneas.
Pero, ¿Qué es un trauma psicológico? Para muchas personas la palabra trauma hace referencia a un daño que queda marcado en el inconsciente, pero tampoco tienen claro qué es eso. Los problemas psicológicos e incluso problemas de atención y memoria, frecuentes en personas que han sufrido traumas, les hace verse como personas frágiles. No entienden la relación entre trauma y memoria, “debe ser algo del inconsciente, alguna traba subconsciente” y ya queda todo explicado.
Hace 19 años sufrí un grave accidente en el que estuve a punto de perder la vida. Se trataba de un accidente de montaña (¿Quién ha dicho que el deporte es sano?), y la lesión que más asustó al principio fue el terrible impacto que sufrí en la cabeza, en la zona occipital (por encima de la nuca). El golpe me produjo amnesia. Aunque con los días me recuperé de mi pérdida de memoria completamente, los recuerdos del accidente han sido siempre vagos e imprecisos, más bien como imágenes sueltas e impresiones, detalles o escenas de una película que ha sufrido cortes en varios puntos… ¿Por qué ocurre eso? ¿Es que soy tan frágil que no puedo tener un accidente sin sufrir amnesia? ¿O es que ocurre algo en mi cuerpo y en mi cerebro, que impiden que bajo ciertas circunstancias se fije el recuerdo? En realidad es lo segundo lo que ocurre. Ante un accidente los niveles de cortisol pueden ser tan altos que “queman” el Hipocampo, (¿el Hipoqué?), impidiendo que fije la experiencia en memoria. Esto es un poco largo de explicar así que os adjunto un pequeño vídeo explicativo. No es bueno. Fue realizado para mis pacientes y no es que sea “profesional”, además la calidad en el blog será pequeña y no podréis ver el texto, pero mi voz lee lo que dice la diapositiva, así que no os perderéis nada. A pesar de los problemas técnicos sirve para entender qué ocurre en el cerebro cuando hay un trauma. Espero que os sea útil, y que aquellas personas que sufren alguno de estos problemas se entiendan a sí mismas un poco mejor a partir de este pequeño vídeo.
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