En algunos círculos, de unos años para acá, el Hemisferio Derecho está de moda. Escriben libros que auguran el éxito en el futuro de aquellas personas con un Hemisferio Derecho dominante, se le atribuye a ese Hemisferio la genialidad, la creatividad, el arte, y las experiencias místicas… Si seguimos así, terminaremos sustituyendo el “¿Estudias o trabajas?” por “¿Tú usas el Hemisferio Izquierdo o el Derecho? ¡Ah! El Izquierdo, ¡Qué chungo!” Y aunque todo esto tiene una base de realidad, también es cierto que las exageraciones son peligrosas, y como dice Betty Edwards en su estupendo libro “Nuevo Aprender a Dibujar con el Lado Derecho de tu Cerebro”, manejar un Hemisferio está bien, manejar los dos, es mucho mejor. 
Resumiendo, podríamos decir que el Hemisferio Izquierdo (que controla también la parte derecha del cuerpo), se encarga del habla, de la escritura, de los números, las matemáticas, la lógica, es lineal, lógico, tiene un antes, un ahora y un después, planifica, ordena, analiza. El Hemisferio Derecho, por su parte, controla la mitad izquierda del cuerpo y procesa la información de forma distinta, global, holísticamente. Entiende el lenguaje, la entonación, las canciones, la música, comprende las claves visoespaciales y el arte. Tiene más conexiones con el cuerpo, y procesa más información de cómo está nuestro cuerpo y nuestras emociones en cada momento. Sintetiza, globaliza, se identifica con el todo. Eso sí, por muy creativa y holística que sea la actividad del Hemisferio Derecho, sin la colaboración del Izquierdo para expresarlo, ordenarlo y plasmarlo, haría muy poco. Un ejemplo en el arte serían, por ejemplo, las acuarelas. Dadas sus características de secado tan rápido, dan la sensación de una gran espontaneidad, pero, sin embargo, no hay nada más planificado (y por lo tanto más difícil) que una acuarela. El acuarelista debe pensar qué color va a poner primero, en qué sitio, por qué orden… Puede tener la imagen muy clara en su mente, gracias al Hemisferio Derecho, pero como el Izquierdo no le ayude a planificar el trabajo, éste acabará en la basura. 
Algo que confunde, a menudo, a los familiares de las personas que han sufrido un ACV (Accidente Cerebro Vascular, bien sea éste una hemorragia o un infarto), es que si el ACV afecta al Hemisferio Izquierdo la persona se puede quedar sin habla, tampoco podrá escribir. Sin embargo, (salvo que esté afectada el área de Wernicke), entenderá lo que se le dice y sabrá qué es lo que quiere decir, aunque no lo pueda expresar. Otra cosa que sorprende, es que aunque la persona no pueda hablar, podrá decir muletillas que dijera con frecuencia así, si la persona decía tacos, también los podrá pronunciar con toda claridad (porque estos automatismos del lenguaje no dependen del Área de Broca o de Lenguaje del Hemisferio Izquierdo). Curiosamente, la persona cantará con menos dificultad por lo que algunas técnicas de rehabilitación del habla llamarán a las capacidades del Hemisferio Derecho para que ayude al Izquierdo, utilizando dibujos o canciones para recuperar la capacidad de expresión perdida. 
Os adjunto una conferencia de TED, muy interesante y ampliamente difundida en la red. Se trata de la conferencia de Jill Bolte Taylor, neurocientífica, que sufrió en su propio cerebro una hemorragia masiva que afectó a su Hemisferio Izquierdo. En la conferencia, que puede dar tras años de duro trabajo y rehabilitación, explica los aspectos debastadores y debilitantes del ACV pero también explica cómo se ve el mundo cuándo sólo funciona el Hemisferio Derecho. Aunque dura 20 minutos, es tan interesante y entretenida que se pasan volando. 
Espero que lo disfrutéis. 
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